«Me acaba de llamar una amiga. Su marido trabaja en el CSIC (quizá se
refiera al CNI) y con policía. Hay una amenaza fuerte de atentado en un
centro comercial estos días. Máxima alerta. No es broma. Dice que
evitemos ir a centros comerciales grandes durante el fin de semana.
Pasadlo». ¿Le suena? Posiblemente sí. En los últimos días, el mensaje
circulaba de móvil en móvil, de chat en chat. Imparable.
Hasta tal punto se extendió que la Policía Nacional tuvo que
contraatacar a mitad semana con un desmentido en su cuenta de Twitter.
«Somos ‘hater’ de los bulos absurdos de falsas amenazas. Ódialos fuerte.
Vamos, que ni caso. ¡Acláralo y no lo reenvíes!», suplicaba el Cuerpo
Nacional de Policía. Los recientes atentados en París, el clima de
inseguridad que ha dejado el baño de sangre y la alerta antiterrorista
son caldo de cultivo para invenciones con disfraz de advertencia que
están recorriendo la Comunitat y el resto del país.
En los días siguientes a la matanza, dos mensajes virales cobraron
fuerza en Valencia. Uno de ellos aludía directamente a la calle Colón.
Hablaba de la colocación de una supuesta bomba con desalojo y la
presencia de policías y militares. Tanta fue su extensión en las redes
que tanto la Policía Nacional como Metrovalencia tuvieron que salir al
paso para tranquilizar a la población.
A las pocas horas, otra alerta confusa inundaba grupos de
conversación, sembrando miedo y semillas de xenofobia. Su esencia era,
más bien, una imagen. Y cada ‘reenviador’ la glosaba con consideraciones
escandalizadas. La foto muestra un cartel supuestamente reciente pegado
en una farola y que reza: «Nosotros llegamos en patera, pero vosotros
os largaréis de aquí nadando». Todo ello sobre una rúbrica con
caracteres árabes. La ubicación del cartel variaba. Unos lo situaban en
la calle Alboraya de Valencia, otros en pueblos de l’Horta... Y lo más
sorprendente: casi todos pensaban que la foto la había tomado el amigo o
familiar que la mandaba.
Pateamos calles y avenidas. Ni rastro de ese cartel. Hacemos
llamadas. Rastreamos en internet. La costosa ciencia de la comprobación
da sus frutos: lo que en apariencia era un mensaje amenazante con tono
radical es, en realidad, una vieja campaña propagandística de los
ultraderechistas Democracia Nacional basada en la confusión. Lo escrito
en árabe es el nombre del partido.
Lo corrobora un portavoz en Valencia de la formación: «Eso fue hace
ya cuatro o cinco años y ya no se han colgado carteles nuevos». Pero
tras los sucesos de París, la foto ha revivido en las redes. Quienes la
reciben siguen sin saber su historia real. Interpretan que se trata de
una amenaza real y reciente. Y le dan al botón de ‘reenviar’.
El yihadista inexistente
Pero el último rumor engendrado por el miedo no estaba en los
móviles, sino en la mismísima Guardia Civil. Durante varias horas del
viernes algunos agentes alicantinos transmitieron de boca a boca una
supuesta orden de protección del cuartel de Torrevieja tras el arresto
de un yihadista que tenía en su casa información sobre los guardias, sus
domicilios y hasta sus turnos. Ya por la tarde, conscientes del volumen
que estaba adquiriendo el asunto, fuentes oficiales de la Benemérita
negaron todos y cada uno de los datos y tacharon el asunto de bulo.
En la Comunitat, no se producía una psicosis semejante desde el caso
del violador de Ciudad Lineal. La estela de preocupación entre padres,
aderezada con fantasía infantil, crearon la figura un misterioso
acosador que recorría pueblos con una furgoneta blanca a la caza de
menores. Así rezaba la alerta en Facebook de una vecina de Puçol: «El
otro día en el pub estaba mi hijo de 12 años junto a un amigo. Se les
acercó un individuo y les ofreció dinero. Les dijo que les invitaban a
lo que quisieran y vino una furgoneta a por ellos. Pero mi hijo vio cómo
el individuo guiñaba un ojo al conductor y salieron corriendo. Pasó
hace tres días. Alerta con esta gentuza». Seiscientas personas lo
compartieron y a la Guardia Civil no le consta ninguna denuncia con
estos hechos.
El limbo de las mentiras
Los bulos suelen tener una vida corta, pero algunos se han quedado
extrañamente anclados en el limbo del reenvío. Cada cierto tiempo,
reaparecen en correos electrónicos y perfiles. Es el caso de un supuesto
«niño de 10 años ingresado en La Fe con leucemia que necesita
urgentemente doce donantes del raro grupo sanguíneo AB para salvar la
vida». Se acompaña de un teléfono de la madre, de nombre María Ángeles
Tanto se ha difundido que el hospital valenciano ha optado por colgar
en su web un desmentido a perpetuidad. «Precisamente el grupo sanguíneo
AB puede recibir sangre de cualquier tipo, lo que desecha la idea de
falta de donantes», explica una portavoz. «Y el teléfono de la supuesta
madre no existe», añaden desde el centro sanitario.
Con la llegada de la gripe ha vuelto a los móviles de los valencianos
ese larguísimo mensaje de la lista de medicamentos peligrosos
suspendidos por el «Ministerio de Salud» y capaces de provocar
«hemorragia cerebral» por culpa de la «fenilpropalmina».
Sospechosamente, sólo tres antigripales se salvan del listado maligno de
fármacos.
Por si acaso todavía duda, se lo confirmamos: ETA nunca puso bombas
en móviles y llaveros. Ningún ocupante de coche con las luces apagadas
salió a matar a nadie que le hiciera señales en carretera. Antes de
reenviar, píenselo dos veces.
Autor: Juan Antonio Marrahí
Las Provincias.
1 comentario:
Es luchar contra los elementos, o perseguir gigantes, pero ¡ánimo! y adelante con su granito de arena en esta lucha.
"Contra la estupidez, los propios dioses luchan en vano" que dijo Goethe.
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